Tu voz

Te escuche.
Te imagine
y supe entonces
que estaba perdido.

Me perdí
por tu voz,
por tus palabras,
por esa tu ausencia
tan fuerte
que no deja duda
de lo mucho que
haces falta,
de lo tanto que
se necesita de ti,
de lo grande que es la nostalgia
y de ese saber
que sólo debo
mi vivir
para el momento en
que tus palabras,
tu voz,
tu presencia
y tu ausencia
se conviertan
en carne y hueso
frente a mi,
cuando el dolor
de lo que es estar
sin ti
se convierta
en dicha, gozo,
placer, vida,
cuando
tú estés aquí.