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sábado, julio 23, 2005

Hoy sin ti

El sabor
de tus labios
aún no me abandona
y ya siento esa tu ausencia,
tan enorme que crece
con el tiempo y la distancia.

Aún siento
en mi cuerpo el calor de
tu abrazo,
ese que tanto me llena
y ya el frío de la soledad
me invade y amenaza
con borrar los rastros
de ti,
aquellos con los
que mi pensamiento
se aferra a tus recuerdos.

El sonido de las dulces
palabras que tan
maravillosamente
expresan tus labios
aún suenan en mi oído
y ya el silencio
me ensordece.

Y hoy
nuevamente estoy sin ti

envuelto en esta
nostalgia ya tan cercana
a mi que casi logra
convencerme de que es
mi estado natural.

Hoy envuelto
en el silencio
que la distancia
impone,

mi mente trabaja
incansable buscando
el porqué.

Será acaso este el precio
que la felicidad impone
como justo tributo
a la dicha de tenerte.

Será acaso
que el pasado
del que nos hemos
rodeado pesa tanto
y tanto que nos ha
marcado ya sin remedio,
negando este nuestro futuro
posible.

Será acaso que el
estado ideal
es este,
el de la casi
clandestinidad
cotidiana a tu lado.

Son dos vidas
que están unidas
a otras muchas
y que cuando
desearon enlazar todas
en una tan sólo lograron
hacer mas fuertes
los lazos que los unían
al pasado irremediable
y esa de dos en una
parece ser un fragmento
prestado por las otras
y reclamado a cada momento
por esos fantasmas
que temen perderlos
y que desde el pasado
reclaman y reclaman
aquello que ya no fue
y desde allá niegan
la mas mínima posibilidad
de aflojar la cadena
que los une al presente
por puro temor de perder
lo logrado en tantos años
de esfuerzo continuo
por atar nudos y lazos
en aquello que fue suyo
y ya por derecho no lo es
y retienen la libertad de ser,

atan y jalan el lazo,
miden y tensan la atadura
no sea que la mas
mínima brisa

respire libertad.

Será que
sólo podemos vivir
de los fragmentos
prestados por el pasado.

Será que los tragos
de felicidad serán mortales
si se toman de golpe y en forma
continua.
Será que lo nuestro,
que pudiera ser tan fuerte
resulta tan frágil ante el embate
del pasado.

El sabor de tus labios
aún no
me abandona
y
aún siento
en mi cuerpo
el calor de tu
abrazo,
ese que tanto me
llena
y el sonido
de las dulces
palabras que tan
maravillosamente
expresan tus labios
aún suenan en mi oído.

Mi pensamiento
se aferra a
tus recuerdos
y hoy
nuevamente
estoy sin ti...